Papa operar con eficiencia en diversos países, pensando en el mundo en su totalidad,  el reto a superar por  las empresas es ser globales, en especial aquellas que dedican su actividad en potenciar la globalización

 

A lo largo de los últimos días el conflicto que Iberia arrastra desde hace meses, quizás desde su alianza con British Airways, ha emergido nuevamente con fuerza. La solución adoptada por International Airlines Group consistirá en reducir el tamaño de la compañía en un 15%, y ajustar la plantilla de forma significativa.

Siguiendo las informaciones  publicadas, y evaluando las problemáticas del transporte aéreo con especialistas en logística de ALGEVASA, tengo el convencimiento de que los análisis sobre las problemáticas que afronta IBERIA, o bien siguen patrones propios de épocas pretéritas, donde las compañías aéreas formaban parte de los símbolos de los Estados, al igual que la bandera, la moneda, o el himno; o las decisiones siguen basándose en modelos de internacionalización propios del XIX, sin considerar que la globalización ha cambiado completamente los hábitos de consumo, de interrelación personal, de desarrollo profesional, y muy especialmente el modelo de negocio de las organizaciones empresariales que tienen su actividad a nivel internacional.

Hoy en día, más allá de la actual situación de recesión en que se encuentran ciertas áreas del planeta, las empresas ya no sólo deben decidir si su estrategia de negoció es local o internacional, deben decidir si su actuación internacional se limita a algunos mercados siguiendo las estrategias multinacionales del siglo XX, o deben asumir el reto de ser empresas globales gracias a las oportunidades surgidas por la desaparición de las barreras comerciales, y  que actualmente todo está interconectado en tiempo real, lo que permite que las empresas, que hacen las cosas mejor y con valores diferenciales, se desplacen rápidamente de aquella que sigue con modelos de decisión y organización rígidos y poco adaptativos

Poder operar con eficiencia en diversos países, pensando en el mundo en su totalidad,  el reto de  las empresas es ser globales, y en concreto aquellas que dedican su actividad en potenciar la globalización, muy especialmente las dedicadas al trasporte de persones, datos y productos, o las que impulsan el desarrollo tecnológico, deben ser globales o dejan de existir más pronto que tarde.

Iberia debería tener por objetivo convertirse en empresa global, ya sea sola o con alianzas, y, atendiendo a su tamaño y capacidad, la estrategia de convertirse en empresa global exige forzosamente crecer en base a fusiones, pero con planteamientos de igual a igual y no como el acuerdo con British Airways, que comporta la lenta agonía a la que se ve sometida toda empresa que es absorbida para potenciar a quien la absorbe.

Iberia se encuentra en la encrucijada de ser o no ser empresa global, un hecho que parece olvidado por sus dirigentes que adoptan decisiones pensando en recuperar la rentabilidad a corto plazo. Las decisiones planteadas pueden comportar que Iberia recupere la senda de los beneficios, pero serán unos beneficios obtenidos por una empresa que verá reducido su tamaño, y que avanza justo en sentido contrario al que deben evolucionar las empresas que quieran seguir competiendo en el siglo XXI. Por ello, la solución de Iberia no debería ser reducir su tamaño, sino que debería ser justo lo contrario: crecer mediante fusiones  para convertirse en empresa global. Una decisión compleja, ya que para ello debe plantearse la marcha atrás del acuerdo con British. Motivos y razones jurídicamente sostenibles probablemente no le falten.

 

Antoni Garrell Guiu

15 de febrero de 2013

 

Articulo Publicado en economia digitalacceso al articulo. (publicado el 18 de febrero de 2013)