Cómo evitar la obsolescencia del proceso formativo? (3 de 3)

1.- Un nuevo entorno, para leer clic aquí

2.- Un futuro predecible ya presente, para leer clic aquí

3.- Re-formular la formación de acuerdo a la nueva era

Ya pocos son los que ponen en cuestión que vivíamos en un nuevo ecosistema en el que las tecnologías han cambiado la cotidianidad, nuevos métodos de fabricación, de toma de decisión, de relacionarse y aprender se han hecho realidad demandando, exigiendo, que la formación se redefina completamente.

Los modelos y métodos empleados en la actualidad en los procesos formativos, si bien no se perciben aún, se están convirtiendo en obsoletos de forma acelerada si pensamos, en primer lugar, en los requerimientos del futuro y en las exigencias de los futuros profesionales; en segundo lugar si observamos los modelos de aprendizaje y aplicación de conocimiento de las organizaciones más avanzadas; y, en tercer lugar, si analizamos como los nativos digitales se informan, se relacionan, aprenden y actúan. Consecuentemente hay que trabajar con la mirada puesta en el futuro y actuar en tres ejes. El primer eje es el relativo a modificar completamente el entorno docente, asumiendo la digitalización y la cooperación, con criterios de partenariado entre el mundo educativo y el sistema productivo. El segundo hace referencia a las herramientas y la posibilidad de adquirir experiencia simultáneamente a la adquisición de nuevos conocimientos, gracias al uso de sistemas expertos y de simuladores híbridos en cuanto a mundo real y virtual. El tercer eje de actuación reside en desarrollar metodologías ajustadas a las características específicas de cada persona, mediante la incorporación de tutores personales basados en sistemas surgidos de la implantación de inteligencia artificial.

En relación al primer eje: modificar completamente el entorno docente. Hay que sacar la docencia de las aulas y lograr una colaboración de partenariado entre el mundo académico y el sistema productivo. Hay que superar el modelo dual aceptando que el proceso de aprendizaje es un proceso mixto y simbiótico en la línea desarrollada con éxito en el ámbito de las Ciencias de la Salud y muy especialmente en los estudios de medicina. A su vez, hay que interiorizar que el conocimiento y la información está digitalizada en la red. Los libros son el conocimiento de ayer, la red es el conocimiento de hoy y las tendencias de futuro.

En las aulas hay que aprender a aprender, y aprender a desaprender; analizar, discernir entre verdad y falsedad; a saber detectar tendencias y cómo aplicar los conocimientos y adquirir las aptitudes requeridas para el ejercicio profesional, cada vez más configurado por equipos heterogéneos en cuanto a conocimientos, talantes y culturas primigenias. En la empresa hay que aprender a aplicar los conocimientos con criterios de productividad, a aportar al equipo y a la organización, a asumir compromiso y responder, con acierto y rapidez, a las necesidades de los clientes y los requerimientos y oportunidades de los mercados.

En relación al segundo eje relativo a las herramientas y la posibilidad de adquirir experiencia simultáneamente a la adquisición de nuevos conocimientos. Hoy en día la creación de mundos virtuales y escenarios con realidad aumentada, así como el uso de productos smart, permiten aplicar conocimiento y adquirir destreza en su uso en bancos de simulación y pruebas. Bancos vertebrados con sistemas expertos y simuladores híbridos. Consecuentemente, los centros formativos deben incorporar estas herramientas con el fin de que, al finalizar el periodo de aprendizaje, ya se disponga de la práctica asociada al ejercicio profesional en sus primeras etapas de actividad. Desarrollar herramientas, aplicando las técnicas de los videojuegos, y recreando espacios productivos, mediante holografías inmersivas o realidad aumentada, se convertirán, a corto plazo, herramientas muy útiles y, a medio plazo, indispensables, una importancia similar a la que han tenido y tienen, desde hace años, en entrenamientos de pilotos de aviación, astronautas o capitanes de grandes barcos. Sin olvidar las técnicas de simulación con realidad virtual inmersiva, disponibles para personal de profesiones de alto riesgo o las propias de simulación habitualmente empleadas en escuelas de negocio.

En relación al tercer eje en el que hay que trabajar la re-definición del sistema educativo, relativo a tutores personalizados. Reside en aceptar la igualdad del punto de partida, pero no el de llegada. Cada persona debe poder desplegar el máximo de acuerdo a sus potencialidades cognitivas. Ajustar los ritmos de aprendizaje y asistencia personalizada requerida en cada persona es fundamental para evitar la exclusión y el fracaso en todo proceso formativo. El uso de tutores personales basados en inteligencia artificial es la herramienta imprescindible de futuro.

El proceso de aprendizaje sustentado en contenidos digitales puede permitir, si se dispone de herramientas adecuadas, que se desarrolle plenamente en entornos cibernéticos interconectados, donde el proceso está ‘asistido’ por el propio ordenador, que se convierte en tutor, el cual guiará el progreso incrementando la dificultad o disminuyéndola en función de los resultados, teniendo cuidado de los estados de ánimo y entornos mediante herramientas de reconocimiento de imágenes, sentimientos y actitudes, e informará a los pedagogos, identificando afinidades. Tutores que son la expresión de poner la inteligencia artificial al servicio de las personas, al servicio del proceso más importante, o que debería ser lo más importante, que es el formativo tanto a nivel básico, nuevos conocimientos, como de mejora continuada.

 

A modo de conclusión

Desarrollar herramientas altamente innovadoras y con tecnologías pioneras, para posibilitar la concurrencia en asimilación de nuevos conocimientos y adquisición de experiencia de forma simultánea y utilizar, a la vez, de forma sistemática la inteligencia artificial para configurar tutores cibernéticos, que acompañen el proceso de estudio y aprendizaje, no sólo repercutiría en una mejora muy significativa en el proceso de estudio y adquisición de conocimientos y habilidades sino que conllevaría, a la vez, el surgimiento de un nuevo sector de actividad extremadamente competitivo, altamente cualificado, capaz de valorizar conocimientos, crear valor y con incidencia en el mundo global, dado que la eficiencia de los procesos de aprendizaje no pueden ser exclusivos de ningún colectivo, al contrario, hay que logran que sean universales para asegurar la minimización de la exclusión y el desarrollo armónico de la humanidad

En síntesis la formación no puede seguir ajustándose, hay que actuar para rediseñar de nuevo, una modificación que debe afectar a todos los niveles, pero que tiene más urgencia a ser aplicada en la formación profesional, dada sus peculiaridades y, a la vez, las urgencias del sistema productivo si quiere, y seguro que quiere, seguir existiendo y generando progreso social en un mundo sostenible.

Así pues, evitar la obsolescencia del proceso formativo se convierte en una obligación insoslayable. Consecuentemente es la hora de no aceptar excusas, cooperar para competir rompiendo compartimentos estancos y, cada uno de nosotros, asumir con determinación los retos que se dibujan en el horizonte. Unos retos a nuestro alcance, por un lado, logramos la colaboración de las Administraciones, los sindicatos, los centros de formación, las universidades y las empresas, ya que sin ellas el proceso de formación nunca será plenamente eficiente y eficaz y, por otro, si desplegamos aquel empuje, que caracterizó nuestros antepasados, aquellos que sin recursos naturales ni materias primas supieron afrontar los desafíos de todas y cada una de las revoluciones industriales y, bueno recordarlo, hicieron del país una área pionera en progreso económico y social.

Antoni Garrell 

Agost 2016

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